“La meditadora” enmascarada
Este mes de julio era una de las opciones barajadas para celebrar las Fallas de 2020. Ya finalizado, esta alternativa hace tiempo que quedó descartada con el anuncio de la suspensión definitiva de la Fiesta en este fatídico año.
Desde el anuncio del aplazamiento, el que escribe siempre tuvo la esperanza de que se pudieran celebrar en esta fecha. No solo esperanza, se podría decir incluso el convencimiento de que si no se celebraban esto acarrearía una serie graves consecuencias para todos los sectores implicados en lo que supone y son las Fallas de Valencia. Desgraciadamente esas consecuencias se han dado y se están dando siendo los principales perjudicados los artistas falleros, no solo ellos, floristas, músicos, pirotécnicos, indumentaristas y no hace falta detallar más porque la lista que todos conocemos es muy extensa.
Es cierto que las consecuencias se han dado pero también es rotundamente cierto que la decisión de la suspensión de las Fallas 2020 ha sido dura pero totalmente adecuada dadas las circunstancias que se están produciendo tras la nueva “anormalidad” y los continuos rebrotes que conocemos cada día.
Una de las medidas que conlleva la situación sanitaria actual es la obligatoriedad de llevar mascarilla para evitar más contagios de los que ya se están produciendo. A pesar de que esa obligatoriedad no se imponía tras el fin del confinamiento los casos de nuevos contagios y en muchas ocasiones la imprudencia de la propia persona a llevado a que tengamos que vivir el día a día enmascarados.
Ana Maria Gómez Aroca (Fallera de la Comsión L´Alguer)
Como una prenda más de nuestro vestuario nos vamos acostumbrando a ella hasta tal punto que se va creando moda buscando la originalidad en su diseño y decoro. A no más tardar, como así ha sido, desdeñamos la impersonal mascarilla quirúrgica y en poco tiempo asistimos a la existencia de todo un mercado de esta protección prácticamente inexistente antes de las consecuencias de la pandemia.
David Vega (Canario Fallero)
El mundo fallero no ha dejado de verse convulsionado por tan repentina moda y comienza a personalizarse de tal manera que no es de extrañar que en muy breve plazo las Comisiones falleras inviten a sus falleros y falleras a plasmar en las mismas su identidad más significativa, la insignia o escudo de la Falla. De hecho algunas de estas Comisiones ya han tomado la iniciativa de ponerlo en practica.
Pensemos en una imagen que desgraciadamente podría darse, y digo desgraciadamente por que en las fechas de las que voy a hablar el virus seguiría conviviendo entre nosotros. Fallas de 2021, pudiendo celebrar las comisiones sus actos más significativos aunque fuese con ciertas restricciones, ¿os imagináis un pasacalle (como ejemplo) en el que todos los componentes de la Comisión usen mascarilla? ¿Se impondría la “coherencia” o uniformidad pactada por no decir obligatoriedad en el uso de la mascarilla?
Ana Muñoz (Mascarillas pintadas)
Dejando a un lado la entidad corporativa de lo que supone una Comisión de Falla, nos encontramos que en lo personal la variedad en el diseño y decoro del que hemos hablado anteriormente en el articulo enmascarador roza lo ingenioso y en algunos casos como el de la indumentarista Ana Muñoz en puro arte que nace de sus manos y originales ideas para dar un toque de color y belleza en todos sus diseños.
Corte de Honor de la Fallera Mayor Infantil 2020 (Mascarillas de Ana Muñoz)
También es bien cierto que esta puede ser una moda temporal impuesta por un virus llamado Covid-19 y que no sabemos durante cuanto tiempo nos acompañará en nuestra cotidiana vida. Mientras tanto, ¿por que no? Pongamos un poco de color, arte, originalidad y alegría a aquello que nos ha provocado tanta tristeza.